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Es tiempo de granadas: cultura, propiedades y remedios

La Farmacia de Al-Ándalus: El granado

Emblema del último reino musulmán de la Península Ibérica, el granado fue valorado por casi todas las culturas mediterráneas.

El Granado es un arbolito originario probablemente de Persia, de donde vino a los países mediterráneos traído por los fenicios y extendido más tarde por romanos y árabes. Parece ser que fue conocido y cultivado desde remotísimos tiempos; en tumbas egipcias de 2500 años antes de la era cristiana se han encontrado restos de sus frutos. Dichos frutos son considerados en Oriente símbolo del amor y de la fecundidad. También se les ha considerado símbolo de la amistad por la disposición de sus granos, que recuerda una unión estrecha y armoniosa. Si se separan de manera violenta parece como si el fruto llorara.

El poeta granadino García Lorca dedicó a la granada los siguientes versos:

"La granada es corazón

que late sobre el sembrado,

Un corazón desdeñoso

donde no pican los pájaros,

Un corazón que por fuera

es duro como el humano,

pero da al que lo traspasa

olor y sangre de mayo"

 

En invierno del Granado solo quedan las ramas desnudas y algún fruto que no se ha desprendido, pues pierde las hojas durante el otoño. Dichas ramas tienen la superficie cubierta de diminutas granulaciones y de largos pelos adosados, de color gris-ceniciento o blancuzco. Semejan delgados nervios, y se despegan fácilmente con la uña, sobre todo los de las ramas más delgadas.

 

Los extremos de las ramitas más jóvenes son pinchosos, y además en todas las ramas hay pequeños pinchos que nacen por parejas, de forma dispersa (poco abundantes).

 

El fruto del Granado, la granada, no es abridero; pero la replección de jugos puede hacer que a veces se desgarre la corteza, que es coriácea y gruesa. Los frutos de los Granados silvestres (no injertados) tienen menor tamaño, los granos más pequeños y menos jugosos, de color blanco (no rojo) y sabor muy ácido. Se suelen encontrar en las lindes de las heredades, donde forman setos vivos de muy agradable aspecto.

 

Entre las variedades cultivadas la de superior calidad es la conocida como "Tendral". Tiene los granos de buen tamaño, con pepitas muy delgadas, lo que hace que tenga mucho jugo. El inconveniente de esta granada es que, por tener la piel muy fina y débil, no se presta para el transporte a distancias. Además, por este motivo, en casa aguanta menos tiempo, porque donde reciba el menor golpe se estropeará fácilmente.

 

Ocurre un fenómeno curioso con la granada y el Sol. Toda fruta de color cuanto más Sol recibe más coloreada se pone. Pero a la granada le ocurre lo contrario, por el lado donde le de mucho y fuerte el Sol adentro no se pone roja sino que se halla blanca, al revés de otras frutas.

 

Para conservar las granadas durante mucho tiempo hay que recogerlas a mano, escogiendo las que no hayan recibido ningún golpe (esto es muy importante). Se colocan sin amontonarlas en un lugar lo más fresco posible, sobre papel de periódico, vigilándolas a menudo y consumiendo antes las que manchen el diario.

 

Las granadas de secano, más pequeñas, son más sabrosas y aguantan más tiempo. Cuanto más agua contiene un alimento menos tiempo se mantiene en buen estado.

 

Pero lo más importante, lo esencial, es saber que la granada, en su interior, si no se la golpea, no se descompone ni cría gusanos. No es posible a parásito alguno perforar la gruesa y dura corteza para depositar sus huevos, como ocurre con otras frutas. Además, la gran cantidad de tanino que contiene dicha corteza la defiende aún más contra enemigos invasores.

 

Hay quien guarda granadas sanas, sin estar muy maduras, en grandes jarras de barro, bien colocaditas y tapadas, y dicen que así aguantan mucho tiempo en buen estado.

 

Para desgranar las granadas se parten por la mitad, se coje media granada, se aprieta un poco para que se aflojen los granos, y sobre una fuente o plato, con el corte para abajo, se la golpea en la piel con el mango de un cuchillo grande (o similar) mientras se le va dando vueltas con la mano. Otro procedimiento es el siguiente: separar (extraer) el extremo del cáliz haciendo un cuadrado con 4 cortes de cuchillo; desde cada una de las esquinas de ese cuadrado hacer un corte poco profundo (que no toque los granos o muy poco) que descienda hasta el pedúnculo del fruto, en el extremo opuesto. En total 4 cortes. Separar en 4 gajos el fruto y desgranarlo (o comer a bocados cada gajo).

 

Por otro lado, para obtener el jugo de la granada hay varios procedimientos:

 

  1. Partiendo las granadas por la mitad y exprimiendo cada parte en un exprimidor de cítricos (sin presionar mucho).
  2. Las granadas de corteza delgada, cuando están bien maduras, se exprimen bien con las manos, apretando fuerte cada media granada, al tiempo que se la cambia varias veces de postura.
  3. Pasando los granos por la turmix o la batidora, a velocidad lenta y durante poco tiempo para que no se trituren las simientes. Luego se cuela.
  4. Pasando los granos por una licuadora, de las que al mismo tiempo que licuan expiden los residuos fuera.

 

Finalmente otro sistema consiste en colocar los granos en un escurridor o en un colador grande (por ejemplo en un colador "chino") y con una mano de mortero ir apretando fuerte hasta que solo queden las simientes y haya pasado todo el zumo.

 

Luego se pasa por un colador fino, de rejilla.

 

Ante todo interesa saber que las diminutas simientes de la granada no deben nunca pasar al zumo. Además de no alimentar nada tupen los intestinos de mala manera.

 

Este zumo no conviene hacerlo por la noche para el día siguiente, aunque se guarde en la nevera.

 

Las granadas, como su zumo recién extraído, son muy ricas en vitaminas C y B2 (riboflavina). También contienen cantidades considerables de minerales, de los que destacan el Potasio, el Fósforo y el Manganeso. También guarda una excelente relación (2:1) entre el Calcio y el Magnesio, así como un sinergismo Hierro-Cobre muy interesante para el tratamiento de las anemias.

 

  • Otros componentes son:
  • Abundantes azúcares naturales.
  • Acidos cítrico y málico.
  • Taninos, que le confieren cierta acción astringente (antidiarreica).
  • Bromuros.

 

Por su riqueza en bromuros son anafrodisíacas y beneficiosas para la sangre; también se han utilizado en casos de astenia o disentería (por la misma causa).

 

Como ingrediente culinario los granos se han utilizado de muy diversas formas. Se pueden tomar macerándolos un rato con una buena cucharada de miel, o añadiéndoles zumo de limón o un poco de mosto o zumo de uvas recién hecho. También son ideales para preparar macedonias de frutas. Junto al melón y las frambuesas forman parte del combinado conocido como "frutas de pasión".

 

En las Alpujarras de Granada suelen comerse servidos sobre hojas de lechuga. En los países árabes se elaboran unas tortas de mazapán con abundante recubrimiento de los granos, que también utilizan para relleno en algunos guisos.

 

Los turcos preparan una crema de arroz con almendras, denominada "keskul", a la que añaden algunos granos. En otras cocinas medio-orientales se aderezan con ellos ciertos huevos al plato, de sabor algo picante.

 

En un hadiz del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) se dice:
"Uno que coma tres granadas en el curso de un año será preservado contra la oftalmía por ese año".

 

En otro sitio se especifica que se trata de granadas ácidas (silvestres).
Esto guarda un curioso paralelismo con la medicina tradicional china, donde el sabor ácido es el adecuado para incrementar la energía del hígado, siendo considerado este órgano como el que nutre el sentido de la visión.

 

Las granadas ácidas por lo general se consideran astringentes y diuréticas, buenas para el hígado (depurativas hepáticas, fortalecedoras del órgano e incluso útiles para la hepatitis) y, en otros tiempos, preventivas de enfermedades epidémicas.
Por otro lado las granadas dulces se han considerado buenas para el ardor de estómago, la putrefacción intestinal, la hipertensión arterial, etc...

 

En cuanto al zumo de granadas puede consumirse solo, lo más frecuente, o mezclado con un poco de zumo de limón o con zumo de naranja, con quienes combina perfectamente. También una excelente combinación se realiza con el zumo de piña. Por otro lado, en la "medicina del Profeta" se usaba añadiéndole agua, azúcar y canela en polvo. Este último ingrediente resulta muy interesante a la hora de resaltar las cualidades antisépticas intestinales del zumo.

 

Sus virtudes son innumerables, pero podemos intentar resumirlas en las siguientes:

 

1. Limpieza del estómago y el intestino

 

Las granadas están indicadas en todas las alteraciones del metabolismo de los fermentos digestivos. Ya Hipócrates empleaba el jugo de granada como medicamento estomacal en enfermos y febricitantes (personas con tendencia a sufrir calenturas).

 

2. Astringente intestinal, para las colitis y la diarrea

 

En general para las personas "vagotónicas", ligeras de vientre. Para este caso es conveniente añadirle un poco de zumo de limón. Cuando se trate de personas estreñidas pueden consumir el zumo de granada con pan integral, e incluso en los casos más graves pueden añadirle unas ciruelas negras o algo de tamarindo, quedando de este modo neutralizada la acción astringente de esta fruta.

 

3. Purificador de la sangre

 

Una cura prolongada con zumo de granadas termina por modificar seriamente el estado de la sangre, desintoxicándola, a la vez que permite una extraordinaria regeneración de la misma y de todos los humores del organismo.

 

Sobre todo para los ancianos y para los niños nada mejor que esta fruta maravillosa, conocida como la "reina" de la geriatría naturista.

 

4. Antianémico

 

Por su inmensa riqueza en minerales la acción antianémica del zumo de granadas es ampliamente reconocida. En los casos más rebeldes y serios se prepara un tónico con la yema de un huevo batida a la que se añade un vaso del jugo y 30 gotas de limón. Se toma una hora antes del desayuno.

 

5. Contra las Inflamaciones crónicas rebeldes

 

Nada hay como el jugo de la granada, solo o con limón, para corregir inflamaciones crónicas rebeldes a los tratamientos convencionales. Todas ceden ante una cura severa, tomando el jugo en ayunas y antes de las comidas (media hora), aparte de las comidas en las que ya esté incluído. Especialmente eficaz se muestra en la esfera O.R.L., en faringitis, otitis y sinusitis crónicas. Su acción en las otitis crónicas supurantes es extraordinaria, siendo casi el único remedio realmente útil y duradero.

 

En cuanto a las "curas" de zumo de granada, imprescindibles para obtener los resultados terapeúticos arriba señalados, deben tener la mayor duración posible, prolongándose idealmente durante toda la temporada del fruto. No son curas exclusivas, se pueden comer otros alimentos sanos, pero el contenido de zumo de granada debe ser muy alto, mayor cuanto más grave sea la dolencia a tratar.

 

  • Las tomas del zumo se pueden repartir a lo largo del día de la forma siguiente:
  • En ayunas por la mañana (al levantarse).
  • Como desayuno (con pan integral, miel, y alguna otra fruta o mermelada).
  • De media hora a tres cuartos de hora antes del almuerzo.
  • Como merienda (el zumo solo, con o sin limón).
  • De media hora a tres cuartos de hora antes de la cena.
  • Como parte de la cena.

 

En este caso se puede preparar una "sopa de jugo de granada" añadiéndole al zumo algún otro ingrediente, como por ejemplo (a elegir uno): boniatos cocidos o asados, gofio, sémola, arroz blanco cocido, patatas hervidas o asadas, plátanos crudos.

 

Cualquiera de estos ingredientes bien deshecho y mezclado con el zumo.

 

Finalmente se condimenta con alguno-s de los siguientes elementos: miel de abeja o de caña, sirope o concentrado de manzana, pasas de Corinto, ciruelas secas, pasas de higo, dátiles cortaditos, mermeladas, etc...

 

Pero no solamente el fruto del Granado tiene propiedades terapeúticas. Todas las partes de este árbol están dotadas de virtudes medicinales.

 

Comenzando por debajo, la corteza de la raíz, recogida al empezar el otoño, contiene unos alcaloides agrupados genéricamente bajo el nombre de Peletierinas, los cuales le confieren un gran poder antihelmíntico (contra la Tenia, el Botriocéfalo y los Ascaris). Administrados aisladamente son muy tóxicos, pero en forma natural se combinan con los taninos de la raíz formando complejos insolubles. De esta manera se evita o se aminora mucho la absorción intestinal de los alcaloides.

 

La preparación se realiza macerando 65 g de corteza de la raíz (seca y triturada), durante 24 horas, en medio litro de agua. Después, a fuego lento, se deja que hierva hasta reducir el líquido hasta la mitad (un cuarto de litro). Como la bebida resultante es muy amarga y nauseosa conviene administrarla bien fría o casi helada, edulcorada con abundante miel o azúcar y aromatizada con esencia de menta.

 

Se toma en ayunas, en dos o tres veces, separadas con 15 minutos de intervalo.
Otra forma de preparar la corteza de la raíz consiste en cocer 57 g de la misma, fresca, en 700 cc de agua, hasta que por ebullición se reduzca un tercio. Este cocimiento se administra en tres veces, a intervalos de una hora. En todo caso, pasada media hora de la última toma, y sobre todo cuando se trata de expulsar la tenia, es habitual administrar una purga con aceite de ricino ( 29 a 43 g , con un poco de café bien caliente ).

 

Estas preparaciones no siempre son bien toleradas, por lo que no deben administrarse a personas muy agotadas, ni a los niños, ni a las embarazadas. En tales casos se recomienda administrar cualquiera de los anteriores cocimientos de manera mucho más fraccionada, a razón de una cucharada todos los días, en ayunas, durante una o dos semanas. En cualquier caso, lo ideal sería utilizar estos preparados bajo supervisión médica.

 

La corteza y los tabiques internos del fruto, sobre todo del granado agrio, ejercen una acción parecida, aunque menos intensa, sobre las lombrices intestinales (sobre todo contra los áscaris).

 

Dicha corteza, conocida como malicorium, tiene propiedades astringentes muy interesantes, que la hacen útil para diversos trastornos. Por ejemplo, puesta a secar al Sol y luego pulverizada se usa para las úlceras del aparato digestivo, la diarrea, las hemorragias y para limpiar los dientes y fortalecer las encías (sola o mezclada a partes iguales con polvo de pimienta, sal, hojas de tabaco y jengibre; con este conjunto bien revuelto se frotan las encías en casos de piorrea, gingivitis y encías sangrantes).

 

Cocida en agua durante 20-30 minutos, colada y endulzada con sirope o concentrado de manzana, y administrada en ayunas y media hora antes de las comidas, es muy eficaz para las diarreas (sobre todo de los niños) y para atajar las hemorragias uterinas (menstruales e inter-menstruales de la mujer). También dicha cocción, sin endulzar, se utiliza en aplicaciones vaginales para tratar la leucorrea.

 

La corteza del tronco también tiene propiedades astringentes, usándose para este fin en extracto (del que se preparan píldoras para la disentería) o en cocimiento (cortada en trocitos y cocida en agua de 20 a 30 minutos).

 

También es emenagoga (provoca el menstruo) en sus diversas formas (polvo, extracto y cocción) y vermífuga (en decocción).

 

De ella se obtiene en Oriente una sustancia colorante para teñir tapices, y otra curtiente para trabajar el cuero.

 

Y finalmente ya solo nos queda hablar de la flor. La roja y encendida flor del Granado comparte las propiedades astringentes de las otras partes del árbol. Suelen preferirse los botones florales, o las del Granado "macho", aquellas que caen al suelo sin haber dado fruto. La infusión de las mismas se utiliza al interior (a razón de una taza cada hora) contra la expectoración de sangre, las diarreas y las úlceras intestinales. Por vía externa, en compresas empapadas, cicatrizan las heridas y úlceras antiguas. En aplicaciones vaginales contra leucorreas y metrorragias (hemorragias uterinas).

 

Para preparar la infusión se usan 30 gramos de flores por litro de agua, dejándolas reposar durante 15 minutos. Cuando se trate de su uso al interior se toma una taza cada hora (sobre todo para atajar las hemorragias y la diarrea).

 

Y con esto acabamos este extenso estudio sobre el Granado, un árbol que como ven no tiene desperdicio.

Nota de la Red: Y ahora es tiempo de Granadas así que a consumirlas y beneficiar la salud...

fuente del artículo: http://www.webislam.com

 

 

 

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