Un arcoíris vegetal en el solar del barrio
Los vecinos de Benimaclet festejan con música, teatro y visitas escolares el primer aniversario de los huertos urbanos
09.11.13 - 00:38 -
LOLA SORIANO | VALENCIA.
Los vecinos de Benimaclet están consiguiendo cambiar los matorrales y basuras por huertos multicolores donde los paseantes igual pueden percibir tonos naranjas de calabazas, morados berenjena o rojos intensos de fresas. Este arcoíris vegetal es fruto de un año de trabajo de los vecinos de Benimaclet, que ayer celebraron el primer aniversario de sus huertos urbanos con música, teatro, una cena y la visita de escolares.
Desde la asociación de vecinos explican que se sienten orgullosos «de ser los primeros de Valencia que hemos impulsado huertos urbanos y estamos en negociaciones con el consistorio para ver si firmamos otro convenio con el fin de en enero ampliar estos huertos en parcelas colindantes», explica Antonio Pérez, presidente vecinal.
Los residentes aseguran que han pasado de tener en estos campos matorrales, basura y roedores a lograr un tapiz multicolor con lechugas, habas, alcachofas, tomates «y las fresas, que a los chiquillos les vuelven locos», detalla Inma Donat, jefa de estudios del colegio Padre Catalá, centro que cuenta con un huerto urbano. «Los alumnos mira si están ilusionados, que en el comedor hay veces que repiten de ensalada. Y la empresa del comedor sólo trae productos ecológicos y de proximidad».
En Benimaclet cuenta en la actualidad con 60 parcelas donde trabajan 300 personas. «Ahora hay más de 35 personas en lista de espera, entre ellos alumnos de otro colegio, el Carles Salvador», añade Antio Pérez. «Los niños quieren participar y consumir los productos sembrados por ellos», indica M.ª Carmen Ribes, profesora del Carles Salvador.
«Cuando empezamos a reivindicar con pancartas la cesión de las tierras hasta que construyeran las fincas, la gente nos decía que si estábamos locos y lo hemos conseguido. Yo tengo una parcela familiar y mi marido y mis hijas cuando salen de trabajar vienen a mimar lo que hemos plantado. Se puede decir que bajamos de casa a diario a recolectar nuestra ensalada. Son todo semillas ecológicas», indica Joana Gago. Otra usuaria, Amparo Cifre, comenta que «esta tierra está demostrando que es muy generosa con nosotros».