Barak Obama ha declarado que el vertido incontrolado en el Golfo de México podría provocar un desastre ecológico sin precedentes, dañando seriamente la economía y el medio ambiente de los países ribereños. Incidiendo a continuación en que ha de ser BP quien pague.
Yo me pregunto. ¿Cómo se evaluarán los daños? ¿Podrá BP devolverles la vida a todos los seres que perecerán asfixiados, rebozados en petroleo ? Que lejos quedan las declaraciones del actual Presidente de los EEUU, de las de el Jefe Seatle Noah Seath, quien ya en 1854 nos alertaba de que el dinero no se come.
Obama llegó a la presidencia siendo un defensor a ultranza de las energías renovables y ha dispuesto para algunas empresas cuantiosas inversiones, entre ellas Nuestra Iberdrola, pero últimamente estaba dando un giro en favor del lobby petrolero. Y ya ves, la situación del planeta no nos permite titubear. Lo mismo le pasa a José Luis Rodríguez, que un día subvenciona a las renovables, al día siguiente al carbón y al otro quiere construir un cementerio nuclear.. Nadie diría que tiene como asesor a Jeremy Rifkin, quien ha escrito: “La convergencia de la crisis crediticia global, de la crisis energética y del impacto real del cambio climático, ha llevado a la economía mundial al borde del colapso..... El petróleo, el carbón y el gas natural seguirán suministrando una porción cada vez menos sustancial de la energía mundial en el siglo XXI...., todos los gobiernos tendrán que explorar nuevas rutas energéticas y establecer nuevos modelos económicos, con el objeto de lograr un nivel de emisiones tan reducido como sea posible”
Todos los analistas están de acuerdo en que el precio del petróleo no tardará en volver a aumentar y entonces el desarrollo de las naciones será proporcional a su autosuficiencia energética., por ello debemos dejar de invertir en un modelo con fecha de caducidad y concentrarnos en las únicas tecnologías que tienen presente y futuro. Para Rifkin, estamos pasando de la 2ª a la 3ª Revolución Industrial, la cual se basará en la utilización de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, para distribuir la energía producida mediante sistemas renovables.
Pero, en el aquí y ahora, la batalla que se está librando consiste en la presión del lobby de las grandes empresas eléctricas ejercen sobre el gobierno para impedir que pequeñas empresas de energías alternativas, sobretodo solar fotovoltáica, puedan entrar a formar parte del mix energético. Esto es lo que se esconde detrás del rollo de las subvenciones y del recibo de la luz, que dicho sea de paso se encarece mucho más por las subvenciones encubiertas que continúan recibiendo la energía nuclear y el carbón. El resultado de esta batalla va a condicionar que el tipo de sociedad que tengamos sea más o menos democrático. Si triunfan las grandes empresas y las pequeñas quedan relegadas a una participación insignificante, el poder político quedará así mismo centralizado y los ciudadanos viviremos alienados del mismo. Vamos como ahora. Mientras que si la producción de la energía se descentraliza y cualquiera puede convertirse en generador de la misma, la autogestión energética facilitará la aparición de comunidades autosuficientes, cambiando la estructura social, fomentando al mismo tiempo la libertad y la solidaridad entre iguales. Esto no parece interesarles a quienes hoy se reparten la tarta eléctrica, pero ¿le interesa al Gobierno y a quienes se suceden con el en el reparto de esa otra tarta, que amasamos entre todos, pero que luego se reparte de forma tan poco equitativa ?
Rafael García Perelló....... juntos somos más....