Nuestro primer diseño de permacultura ha sido una espiral de aromáticas y es la primera piedra -nunca mejor dicho- de los próximos diseños que tenemos preparados.
El pasado domingo realizamos en la finca Capito, de Pilar y Toni, en Picassent (Valencia), el segundo curso-taller de permacultura que estamos desarrollando desde el Equipo de Agroecología de la Red Sostenible y Creativa de Valencia. Como de costumbre, quedamos pronto -a las 8.30 de la mañana- en Valencia, esta vez en los aparcamientos frente al nuevo Ayuntamiento de Valencia, para salir juntos hacia el lugar de celebración del taller. El día era soleado y prometía darnos una buena jornada. Y así fue, excepto por la brisa fresca.
Llegamos a la finca donde nos esperaban nuestros anfitriones, que ya tenían preparado el espacio donde íbamos a celebrar el taller. Nuestro profesor, Jesús Ruiz, fue el primero en situarse y una vez colocó la pizarra, empezamos sin más pausa. Las primeras horas las dedicó a explicarnos un interesante tema: los patrones que sigue la Naturaleza para sus creaciones minerales y orgánicas; y en ello nos involucró con una práctica de recoger y explicar patrones que encontráramos por la finca.
Tras un abundante almuerzo, acabamos la mañana hablando de rotaciones y asociaciones en agricultura ecológica, tema necesario para saber qué plantas hay que usar y cómo hay que colocarlas en nuestros diseños. El punto final teórico fue la explicación de la práctica que íbamos a hacer por la tarde: nuestra espiral de aromáticas y, si daba tiempo, un mandala de huertos en ojo de cerradura. ¡Qué optimistas fuimos con el tiempo!
La comida fue compartida, no solo por la que trajeron algunos asistentes, sino por la paella vegetariana y la caldereta que nos prepararon Pilar y Toni. Como siempre, la calidad de la comida casera, el placer de compartirla y la maravilla de comer al aire libre, nos hizo difícil abandonar la mesa para proseguir con el taller. Pero un viento remanente de los días polares anteriores nos convenció de que lo mejor era empezar a trabajar físicamente.
La práctica fluyó porque la energía del grupo era propicia y, en un momento, el terreno estuvo preparado y listo el marcado de la espiral. Con las indicaciones de Jesús, todos comenzamos a situar las piedras, después la tierra, después otra hilera de piedras de tamaño apropiado, más tierra para estabilizar los muros, piedras pequeñas para los huecos de las grandes, y la espiral fue naciendo de la nada. El último paso fue la una capa de tierra fértil subiendo por la espiral y situar las plantas según el plano de Jesús.
Ya existe una espiral de aromáticas de la Red Sostenible y Creativa, y ahora ¿cuáles son los siguientes retos?. Pensamos ahora en atrevernos con los huertos en mandala y poco a poco habrá más proyectos reales que demostrarán que se puede ser creativo y más eficiente cultivando. Porque ¿quién ha dicho que hacer los caballones rectos es la manera más eficiente de producir alimentos en todos los casos?
Tenéis apuntes, vídeos y fotos de este taller en nuestra web: http://www.sostenibleycreativa.es/agroecologia/