Hace tiempo que me pregunto qué significado real tiene la palabra talento. Se ha trabajado el término desde el punto de vista empresarial como las capacidades y actitudes que tiene una persona para desempeñar un trabajo con productividad y eficacia para el logro de los objetivos de rentabilidad de la organización. También el concepto ha sido muy extendido por departamentos de recursos humanos y empresas de selección como elemento promocional de reclutamiento, buscando talentos que desarrollen su carrera profesional en un proyecto concreto que encaje sus cualidades.

El significado de la palabra deriva del griego “tálanton” (ταλάντου) y del latín “Talentum”. Los griegos se referían al Talento a una unidad de peso que media la cantidad de oro y plata para cada transacción comercial. Significaba balanza y equilibrio. También es sinónimo de la palabra “Don”, que deriva del latín “Donum” que significa donación o regalo y de la palabra “Dóminum”, dueño. 


También es un bien natural que uno recibe o habilidad para hacer algo. Los dones o talentos pueden ser cualidades físicas como la fuerza, la flexibilidad, la resistencia, la velocidad, la coordinación y el equilibrio y cualidades Psíquicas como la inteligencia, la capacidad para procesar información y la memoria. 


El término también aparece en la Parábola de los Talentos (Evangelio: Mateo 25:14-30 y Lucas 19: 11-27). Sorprendente parábola que, haciendo mención al talento, habla de la importancia de aprovechar los recursos y las oportunidades que la vida nos ofrece y que gestionados con inteligencia podemos ser capaces de sacar provecho de cada paso que damos en la vida. También nos habla del miedo, que muchas veces paraliza a las personas que en vez de actuar se esconde evitando enfrentarse a lo desconocido, a la incertidumbre del cambio. Una actitud que denota ansiedad y estrés negativo provocado por el temor a fracasar. 


Por todo ello, el talento requiere equilibrio, entendido como el conocimiento de uno mismo que ayuda a magnificar un don o cualidad ofrecida de forma innata por la naturaleza y que permite al ser humano dominarla hasta convertirse en un modo de vida que pone al servicio de los demás.

 

Por tanto, el significado talento va más allá de las capacidades que tiene una persona para desempeñar una determinada tarea o función. El ser humano con la repetición de hábitos y tareas puede llegar a especializarse en una función o trabajo determinado, que al cabo de los años, puede dominarla hasta convertirse en un experto, incluso destacando por encima de los demás. ¿Tiene que ver esto con el verdadero talento? El don o talento está lejos de la razón e incluso de la comprensión del ser humano. Muchas personas, que han dedicado toda su vida a un determinado trabajo, se dan cuenta que no son felices, que no les llena lo que hacen. Estas personas, que en un momento de sus vidas comienzan a cuestionarse si lo que hacen es realmente lo que quieren hacer, se encuentran en una encrucijada, que solo la valentía y la actitud de cambio les ayudará a encontrar lo que buscan. 


Personas de mi entorno han encontrado su verdadera vocación después de ser despedidos de sus trabajos. ¿Por qué? Porque se han parado a reflexionar sobre lo que son y lo que verdaderamente deberían ser y descubren cualidades innatas que deciden explotar. Deciden escucharse, revisarse y creer en sí mismos. Con el tiempo estas personas, en vez de buscar un nuevo trabajo, son capaces de descubrirlo. Este maravilloso camino de encuentro con uno mismo, que después del periodo de reflexión conectan con su verdadero talento.


Todos llevamos un don, un regalo de la naturaleza que llevamos en nuestro interior, que solo a través del equilibrio, la actitud de cambio, la confianza en uno mismo y el valor nos lleva a explotarlo con inteligencia, fuerza y pasión. 


Cuando una persona encuentra su verdadero talento, su regalo, su don, es dueño de él para explotarlo y aprovechar la oportunidad que la vida le ofrece. Pero ¿Cómo puedo saber si una persona está en su talento? Su actitud lo define todo, pasión, corazón y emoción positiva por lo que hace. Son personas que pueden pasar horas haciendo lo que le gusta perdiendo la noción del tiempo, disfrutan, sonríen y sobre todo están dispuestos cada día a ofrecer su talento a los demás. La sensación debe ser como cuando un surfista cabalga sobre las olas, el compositor dedica horas creando música, el escritor se inunda con sus historias. Estar en tu talento conlleva el crecimiento de habilidades ocultas como la creatividad que todos llevamos dentro, sin excepción.


Este proceso que parece sencillo, conlleva una gran complejidad. El ser humano, cuando es aún un niño, no tiene instalado el sistema de creencias que hemos ido incorporando a lo largo de los años y que poco a poco nos va limitando. La educación, la cultura, la sociedad y el entorno en el que nos desarrollamos, hasta que llegamos a una edad adulta, van creando una armadura que en muchas ocasiones esconden la inocencia, la creatividad y el talento con el que nacemos. 


La actitud es todo. Ahora bien, la pregunta que nos hacemos todos es ¿Puedo vivir de mi talento? Sí, confiando en ti mismo, rodearte de las personas que te quieren y te apoyan, que creen incondicionalmente en ti y que están dispuestos a ayudarte hasta que consigas tu sueño. Escúchate y encontrarás la respuesta, y seguramente darás con el sentido de tu vida. Ánimo y comienza tu camino en busca de tu talento, de tu don, de tu regalo, quizás sepas cuál es y aún no sabes cómo explotarlo.

 

Autor: Felipe Ynzenga (http://felipeynzenga.blogspot.com.es/)