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     La sociedad  nos estimula continuamente, de ahí que nuestra mente, vehículo de los pensamientos, adquiera cada vez más velocidad, y  nuestros sistemas mentales  se vuelven repetitivos en un mecanismo sin fin. El resultado es cansancio, stress y todos sus derivados negativos para el cuerpo y las emociones.

    A través de la meditación podemos conseguir bajar el volumen, aminorar la marcha mental y, como si de un baño se tratase, limpiar y regenerar nuestra mente.   La meditación nos aporta esa calma necesaria en nuestras vidas, nos ayuda a actuar y ser más conscientes y eficientes en lo cotidiano. Meditar es entrenar la mente para vivir mejor, puesto que al hacerlo, estaremos más sanos, más lúcidos y más felices. 

  Enrique Simó, Experto en Coaching de liderazgo,  Coordinador de Brama Kumaris en Madrid , lleva años haciéndolo, sabe de qué habla, y ayer lo explicó de forma clara y amena en la Red. 

   La meditación, observó,  no se trata de dejar la mente en blanco, sino de enfocarla en la respiración para luego centrarla en  un pensamiento positivo, que como una semilla, irá educando la mente, como si fuera un niño, sin lucha, aceptando los pensamientos que puedan surgir, pero sin engancharse a ellos.

  Habló de la plasticidad del cerebro, y como éste se modifica según nuestros pensamientos,  una visión de futuro esperanzada, la empatía hacia los demás, la atención a los procesos mentales y un sano humor, son los puntos cardinales para plantar esas semillas en nuestra mente cansada de pensamientos inútiles o negativos.

  Meditar es estar consigo mismo, volver la mirada al interior y anclarse en un pensamiento de paz.  Soy Paz, Soy Luz, son las bellas afirmaciones propuestas por Enrique Simó.

    Luego nos condujo en una meditación: conexión, equilibrio  y serenidad. Todo son ventajas con esta práctica milenaria.