Ya no éramos mar, por primera vez fuimos océano de almas, océano que llevábamos tanto tiempo esperando. Fuimos gota en medio de aquel océano feliz. Hay un antes y un después de ese domingo delante del gigantesco arco, al caer aquella tarde inolvidable. Contaremos que estuvimos allí, sumando alma a más almas, sumando alientos, sumando profundo agradecimiento a esa maravillosa "sangha" que lo hizo posible. Contaremos que fue la primera gran expresión pública del despertar de la nueva conciencia en nuestro ancho país. 
 
Ya no éramos mar, por fin éramos multitud, como la que se junta en los estadios y cosos, tan sólo que no había ni equipos, ni porterías contrarias, ni banderilleros..., éramos sólo un gran arco, una victoria sin perdedores. Estábamos presentes cuando los cinco mil latidos fuimos un solo latido. Nuestras gargantas no gritaban y sin embargo unidos en algo viramos la historia. Junto al “Arco del Triunfo” no fue una victoria sobre nada, ni nadie; fue la Victoria de la hermandad, de la unión de las razas, las culturas, las gentes y los pueblos; fue la Victoria de la comprensión, de la compasión, de la paz que nace en la profundidad de nosotros mismos. 
 
… y todos estábamos allí para contarlo en las montañas y en los valles, a las nubes que vendrán y a las generaciones que pasarán… Nosotros y nosotras estábamos allí, para después susurrarlo a los cuatro vientos. Sólo un grupo grande, poderoso y fuertemente cohesionado, hubiera podido mover aquello; sólo tamaña voluntad y capacidad de servicio desinteresado de Thich Nhat Hanh, los monjes de Plum Village y la "sangha" española lograrían la gesta. Gracias siempre… 
 
Clarea en otro rincón distante de la península, pero en realidad nosotros seguimos amaneciendo allí, sobre el tibio asfalto mediterráneo, tarareando el "Avalokitesvhara" por adentro, naciendo colectivamente a una nueva vida de paz enraizada y plena conciencia, de palabra amorosa y escucha compasiva.
 
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¿Por qué tardaron tanto los Maestros?
 
¿Qué arrugadas frentes secaban? ¿Qué profunda sed saciaban? ¿Qué remotos mundos surcaban? ¿Alguien sabe por dónde andaban, en qué galaxia se ofrendaban? ¿Bajo qué extraño árbol predicaban? ¿Quién tragó el reclamo ardiente de nuestras almas, el eco sostenido de nuestro anhelo? 
 
¿Por qué tardaron tanto los Maestros? ¿A qué se debe la noche obcecada y el fatal retraso? ¿Era nuestra alma joven o estaban nevados los puertos?
 
¿Por qué tardaron tanto los Maestros? ¿Cuántos eones hasta esos claustros? ¿Profundo dormir o silenciosos goznes? ¿Fue ignorancia o falta de luna, lumbre apagada u olvido celeste? 
 
¿Por qué tardaron tanto los Maestros? ¿Quién frenó los Pasos? Sólo nosotros... Ahora no ahorremos leña. Por favor no arriemos los párpados. Vigilemos la niebla, no se oculte la Figura; detengamos el viento, no se borren las Huellas ...
 
 
 
Testimonio "sangha" fuertemente unida
Flashmob de meditación colectiva por la Paz con Thich Nhat Hanh. Arco del Triunfo. Barcelona 11 de Mayo del 2014 
 
 
No es sólo uno de los grandes maestros encarnados aquí y ahora en la tierra. No se trata únicamente de uno de los mas entrañables guías espirituales que acompaña a la humanidad en tan decisivos momentos. No nos referimos exclusivamente a un hermano mayor apostado bajo el árbol sagrado que le correspondía, ocupando la tarima que Arriba le fue asignada... Es el "nosotros" al que nunca renuncia, es ese sólo hablar en clave plural. Es la prioridad de la labor colectiva. Es el testimonio tan silente, como contundente de toda una "sangha", de toda una comunidad que medita, trabaja, canta, come y disfruta unida, en la más absoluta sincronía, desde los más exigentes principios de sencillez, austeridad y entrega, con la más sincera alegría y genuina felicidad. 
 
Un regalo de días... Nuestra alma alcance a retener todo lo derrochado en ese ya inolvidable claustro, nuestro alma no olvide la enseñanza y el ejemplo prodigado durante estos días en el puro corazón de esta anhelada primavera.
 
Los pasos silenciosos se adentraron también en el claustro universitario. En los dominios almenados de la lógica y de la mente se abrieron igualmente los corazones. Aquellos esponsales pendientes de ciencia y espiritualidad se celebraban hoy en ese paraninfo de la Universidad central, tan cargado de historia.
 
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Los monjes de Pluma Village desembarcan en Barcelona 
Tuvo que acercarse de nuevo él, el anciano monje, a la vuelta de todas sus batallas floridas, de todos sus Vietnams del Este y el Oeste, para poner en nuestros silentes labios las palabras olvidadas, el "mantram" sagrado donde los haya, que hace tiempo tenía que haber susurrado nuestra alma... Tuvo que venir él para ceder y soltar, para intentar fundir hasta el último gramo el hierro hasta hoy acarreado...
 
A veces las palabras sencillas, llanas, casi infantiles, descargadas de toda mente, desbordadas de inocencia y compasión, son las más imprescindibles y revolucionarias... Nunca es tarde para decir aquello de: " 'Cariño, yo sé que has sufrido mucho en los últimos años. No te he podido ayudar. No lo he sabido hacerlo mejor. No era mi intensión hacerte sufrir. No he entendido tu sufrimiento, tus dificultases. Si hubiese comprendido tu sufrimiento y tus dificultades no hubiera actuado de esa forma. Necesito tu ayuda. Si no me ayudas tú, nadie me puede ayudar. Dime lo que está en tu corazón. Háblame de tu sufrimiento y tus dificultades…' Miras a la otra persona. Si la compasión penetra en tus ojos, esa persona dejará de sufrir.” 
 
Las comprensiones siempre terminan llegando con su puntual retraso. Seguramente no era sólo teclear estas letras en la pantalla, era escribirlas de forma indeleble en lo profundo del corazón...
 
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Tres mil almas en el Auditori de Barcelona
 
El futuro pareciera haber desembarcado. Nos ha debido haber alcanzado aquí y ahora. Aquella expresión tan viva de un alma colectiva, aquella fila de sonrisas que nunca se acababa, aquel atardecer silente y multitudinario a o
Flashmob de meditación colectiva por la Paz con Thich Nhat Hanh. Arco del Triunfo. Barcelona 11 de Mayo del 2014 
 
rillas del Mediterráneo... ¿Será que asistimos ya a algo de ese futuro...? Aquella nueva conciencia que llamaba a las puertas de inmensos recintos, aquel aliento sereno que aguardaban nuestros pulmones, aquella presencia sólida, aquellos pasos conscientes y despiertos que estaban llegando..., ¿será que están ya entre nosotros/as? 
 
Logro de todos y de nadie... ¿Obra de una conciencia colectiva ya madurada o del Cielo que nos tutela y acompaña y nos invita ya a la expresión de ese palpito colectivo? ¿Obra de un anciano monje de compasión desbordada?, ¿de unos sencillos monjes y monjas que renunciaron a todo, excepto a los párpados arriados, las palmas unidas y al más bello de los cantos...? 
 
¿Qué tendrá ese Avalokitesvhara y su melodía que va mojando mejillas por donde pasa, abriendo nudos y soltando corazones? ¿Qué tendrá esa "sangha" siempre tan unida que va sentando tan encomiable ejemplo de renuncia, compasión y servicio? Dicen que había tres mil almas hoy en esa sala gigante o lo que es lo mismo tres mil botones perfumando, tres mil seres brotando amor, manando compasión… 
 
Hoy se llenaba el Auditori del Forum de Barcelona en el acto de Thay y los monjes de Plum Village. ¿Qué salas mayores no iremos colmando hasta la bandera mañana? No sabemos si tomaron nota las agencias y los media, más sí nuestros teletipos de adentro... Hay cabeceras que se repiten y otras que inauguran historia. ¡Gracias de corazón al Cielo, gracias a Thich Nhat Hanh, gracias a los monjes y monjas entrañables, gracias a los organizadores de Madrid y Barcelona que tan magnífico despliegue de esfuerzo y eficacia han obrado!
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¿Quién mutó?
¿Quién mutó, ellos o nosotros…? Quizás todos un poco, quizás hasta teníamos una cita a la vuelta de la historia, en medio de esos jardines rebrotados, en el corazón de esa primavera madrileña... ¿Qué ha sucedido entre aquella atronadora bulla y los pasos silenciosos, conscientes, meditativos? ¿Qué ocurrió en el trayecto hasta esa foto posando unidos? ¿Por dónde anduvimos que la primavera madrugó y las pieles mutaron? ¿Por dónde nos llevaste, Dios nuestro, que por quitarnos, nos privaste hasta de los enemigos…? ¿Qué gruta abriste entre aquellas noches de cerrojos y catacumbas y este alba? ¿Por qué pasadizo nos empujaste hasta esta luz que todo lo inunda y alborota, que todo nos desconcierta? ¿Qué aconteció entre los calabozos y ese mirar juntos al objetivo? 
 
Ya no hay hierro en nuestros labios, ni batalla en los asfaltos… Hechos que estábamos ya a la pelea, ¿dónde nos llevarás Dios nuestro, sin munición en la mente, sin cobijo de trinchera? No sabemos lo qué ocurrió. Nos sigues zarandeando, nos sigues confundiendo. Desnudos de pasado, terminaremos abrazando Tu Futuro. Dicen que a la postre la nueva era es sólo un soltar las piedras, un saltar la barricada, un abrazar el alto ideal de fraternidad humana sin excusa, sin salvedad alguna...
 
 
Los monjes de Plum Village desembarcan en Madrid.
Traen consigo el difícil arte de vivir despiertos.
 
Calló el león, enmudeció el rugido del Rey de la selva en el Lope de Vega, dando paso a las sublimes melodías de los monjes y las monjas de Plum Village. En realidad enmudecimos todos ante tal alarde de belleza, conciencia y compasión. Callaron las escenas del clásico de Disney en el Teatro de plena Gran Vía, para acoger un acto inolvidable. Un canto antiguo nos asaltó y nos ganó. Venía de nosotros mismos, pero estaba en los labios de aquellos monjes y monjas entrañables. 
 
Aquel canto en su dulzura tenía el inmenso poder de reconciliarnos con nosotros, aquella melodía, que se turnaban las monjas y los monjes en un actitud de sagrada devoción, nos inundó de una paz de otro mundo. ¿Cuántos ruidos no callaría en nuestro interior esa sublime y sostenida melodía, cuánto disturbio no pacificaría? Hay un antes y después de
Flashmob de meditación colectiva por la Paz con Thich Nhat Hanh. Arco del Triunfo. Barcelona 11 de Mayo del 2014 
 
ese canto a Avalokitesvhara, el Buda de la compasión. ¿Quién reuniera así las manos en tan sincera plegaria y prescindiera hasta del último pelo que nos amarra al mundo, quién calzara esa túnica y vistiera esa devoción tan genuina...?
 
Después vino la Palabra a sellar la melodía, a recordarnos su eterno significado. Después quien nos adiestraría en el más difícil arte, aquel de vivir despiertos. El monje vietnamita de ochenta y siete años nos invitó a ceñirnos a lo esencial de la vida, a regar y cuidar la sencilla felicidad que no marchita. Flanqueado por su familia espiritual, con esa voz tan anciana como vigorosa, nos sugirió hacer un lugar en nuestro interior para la compasión, a salir de la rueda del sufrimiento que comporta el apego a lo banal y transitorio. Pero todo ese néctar derramado en el céntrico teatro madrileño, merece recipiente aparte. En breve podremos ofreceros la transcripción de cada una de las palabras de uno de los grandes maestros encarnados de nuestros días en su primera visita a España.
 
Tras el refrigerio, a primera hora la tarde, salimos a la calle a testimoniar, a derramar humildemente por el mundo aquello que ya no cabía en el Lope de Vega. ¿Se había visto alguna vez en la capital algún silencio tan masivo, tan consciente, tan profundo? Apenas se había corrido la voz, pero de repente estábamos más de 1.500 almas sentadas en medio de la plaza de Oriente. ¿...Y dirán aún que la historia no avanza, que se atascó en algún convulso meandro del pasado? ¡Sólo un poco de moviola en la crónica reciente de esa plaza tan cargada de significados…!
 
Hubieron de desembarcar los monjes para enseñarnos a respirar y caminar, caminar todos juntos en silencio en un mismo y sereno paso, en un mismo corazón a la vera de los palacios reales anunciando la paz. Hubieron de aterrizar en Madrid los monásticos de Plum Village (Burdeos. Francia) para mostrarnos esa meditación andante, capaz de imprimir plena conciencia a cada paso; para tomar las avenidas de otro modo, absolutamente descargados de toda emocionalidad negativa.
 
Ningún escudo con el que chocar, ningún palacio por asaltar. Nadie enfrente a quien gritar o atacar... No clamábamos paz, éramos paz. Hubo de acercarse esa “sangha” maravillosa que acompaña a Tich Nhat Hanh para que la compasión nos ganara y la paz enraizara; para que la respiración y su serenidad nos refugiaran y así poder sentir toda esa inmensa fuerza grupal avanzando por los asfaltos.
 
Los policías asombrados abrían paso a un cortejo que jamás habían observado. En realidad nunca, nadie en España seguramente habrá contemplado nada similar. En las aceras bullían los interrogantes ante aquella presencia tan firme, masiva, recogida. Y llegaron los anchos jardines, el concurrido templo egipcio y aquel atardecer cuyo sol aún guardan nuestras pupilas. De nuevo sentados todos unidos meditamos ante aquel Astro que nos derretía en tan compartido gozo. Éramos “shanga" en mitad del mundo y de sus concurridos parques de domingo, “sangha” ancha y variopinta sin quizás conocernos con nuestros nombres, pero “sangha” respirando a un mismo compás, en una misma presencia. Círculo y cantos junto a la balconada de los Rosales cerraron una jornada memorable. Los monjes se subían de nuevo al gran autobús que les llevaría a su provisional monasterio de El Escorial y algo nuestro se iba con ellos, sobre todo un agradecimiento que sobrepasaba las fronteras, que burlaba el tiempo.
 
Gracias de corazón a la "sangha" española que durante meses ha preparado con tanta dedicación y buen hacer esta memorable visita. Gracias cómo no al maestro que nos da Norte, Horizonte y por lo tanto Anhelo y Vida, gracias a ese séquito que en su humildad, sencillez e impersonalidad, son para nosotros/as vivo testimonio de generosa y anónima entrega. Más allá de ese domingo grande, podamos anclarnos de día en día en esa inmutable e inmarcesible Presencia, en esa plena conciencia que nos permitirá también vivir poco a poco más libres, amorosos y despiertos.
 
Flashmob de meditación colectiva por la Paz con Thich Nhat Hanh. Arco del Triunfo. Barcelona 11 de Mayo del 2014 
 
Koldo Aldai