Con gran alegría este domingo hemos iniciado desde el Equipo de Agroecología un ciclo de talleres dedicados a la soberanía alimentaria. Durante semanas hemos ido organizando para este taller, con creatividad y cariño, un programa de actividades que nos permitiera aprender, disfrutar, comer bien y pasar un estupendo día. Ahora paso a contaros esta grata experiencia que va a ser la primera de muchas más

Nuestro día comenzó un poco lluvioso y gris, y aunque hubiéramos preferido un día soleado, no nos desanimamos a seguir adelante con el taller. Muy bien organizados, salió un primer grupo en coches desde Valencia hacia el segundo punto de encuentro en Picassent, donde tras algunos pequeños ajustes y algo de retraso, propios de las dinámicas humanas, conseguimos unirnos en un gran grupo hacia nuestro objetivo: la finca Capito de nuestros amigos Pilar y Toni.

La llegada a la finca fue como llegar al hogar y nuestros anfitriones nos recibieron con grandes sonrisas y mucha alegría. En un momento estábamos todos organizados en la terraza delante del pequeño restaurante, sentados y preparados para escuchar a nuestro primer profesor. Tras conectarnos con nosotros mismos con un tiempo de silencio, nuestro amigo Bruno nos presentó cómo se ve la alimentación desde el punto de vista de la Macrobiótica y cómo en su experiencia personal le había sanado y cambiado totalmente su vida. Conforme fue hablando y tocando temas de salud, el interés por los asistentes fue creciendo y en un momento le llovieron las preguntas, las consultas, las peticiones de recetas, etc. Durante este espacio tiempo la anécdota fueron los perros de la finca durmiendo muy a gusto al lado de nuestro ponente.

Sintiéndolo mucho tuvimos que finalizar la interesante exposición de Macrobiótica, para cumplir el programa y dar paso a un breve descanso. El descanso vino con sorpresa, porque nuestros anfitriones habían preparado una degustación de productos artesanos y ecológicos: chorizo, queso de cabra de leche cruda, vino ecológico; a la que se unieron alguna coca y comida de los asistentes. A estas alturas ya empezábamos a sentir el ambiente que pretendíamos crear con este ciclo de talleres.

La siguiente actividad fue el taller de chucrut y fermentados, para lo cual tuvimos que ponernos en situación. Preparamos dos mesas grandes en T, pusimos las tablas de madera, preparamos los utensilios y el material, nos pusimos nuestros delantales, lavamos la verdura ecológica y listos. Una vez colocados a lo largo de las mesas, nuestra amiga alemana Angelika comenzó a deleitarnos con sus explicaciones sobre los beneficios del chucrut para la salud y el proceso de preparación. Tras su demostración de cómo cortar las coles e ir añadiéndoles sal por capas dentro de un bote de cristal, en un momento todo el mundo estaba haciendo lo mismo y comenzó la dinámica más práctica del día. Conforme trascurrió esta parte del taller, el siguiente paso fue explicar cómo preparar los pickles, que en este caso serían con zanahorias y nabos, y finalmente Angelika explicó cómo crear fermentos de coliflores y brócolis a partir de salsa de soja y agua. Al final teníamos un gran surtido de diferentes botes con preparados para fermentar.

A estas alturas todo el mundo estaba hambriento, pero a muchos les superaba el hambre de conocimientos y de aprender con tantas cosas prácticas y divertidas.  Tras algunas llamadas, todo el mundo comenzó a entrar al comedor y a sorprenderse de lo que allí había preparado. Una larga mesa adornada de pétalos de flores y coronada con bellas ensaladas de diversos colores, nos sugería que nos sentáramos y nos preparáramos a gozar de un derroche de creatividad y pequeños detalles. El menú estaba en un pilar central para darnos pistas de los que nos esperaba y al otro extremo una abundante exposición de los productos que habíamos degustado en el descanso. La entrada gastronómica comenzó con diversas tapas para todos los gustos con productos de temporada y algunas sorpresas, seguida con dos fideuas: una vegetariana y otra de pollo de la misma finca. Ya comenzábamos a resoplar con tanta comida sabrosa, cuando llegó el postre: un plato de peras al vino, con una mermelada al fondo, uvas en el centro y un círculo de dátiles rellenos de boniato.

Con la barriga bien llena, solo teníamos dos opciones: dormir la siesta o unirnos a la visita por la finca. La mayoría nos unimos a estirar las piernas y bajar la comida, y Toni nos mostró sus proyectos, las instalaciones de sus animales (cabras, ovejas, cerdos, patos, gallinas, pavos) y la riqueza del bosque mediterránea al límite de su terreno.

La última actividad del día no se hizo de esperar y no tuvo nada que envidiar al resto. De mano de nuestra querida Juli, aprendimos todo el proceso de preparación del dulce de membrillo o “codonyat”. Ella misma nos comentó que había aprendido de un maestro membrillero de Andalucía y así lo demostró. Primero con su profesionalidad con todos sus materiales y utensilios, luego con sus explicaciones sencillas y prácticas, y finalmente con la prueba del buen hacer: un dulce de membrillo riquísimo y compacto, del que todos nos pudimos llevarnos muestras.

Finalizamos el día ya de noche, sonrientes, alegres y relajados con nuestro último tiempo de silencio y gratitud Gracias a todos los profesores que compartieron su experiencia y sus conocimientos.

En breve colgaremos en la microweb del equipo de Agroecología los apuntes que hemos recopilado de este taller, porque el conocimiento debe estar al alcance de todo el mundo y más si es en pos de la soberanía alimentaria.

Desde el Equipo de Agroecología os animo a os unáis a los talleres que vamos a seguir realizando y a todos los proyectos que estamos preparando.

 Un fuerte abrazo

Jose Luis Moreno

Equipo de Agroecología de la Red Sostenible y Creativa