Si algo es constante, eso es el mismo cambio. Y por la misma razón lo único seguro es que no hay nada seguro. Cuando hablamos de dinero los anteriores razonamientos son percibidos más como una amenaza que como una oportunidad. De hecho la palabra “riesgo” se asocia más con la opción de perder que con la opción de ganar. ¿no llama la atención a nadie?


Si algo es constante, eso es el mismo cambio. Y por  la misma razón lo único seguro es que no hay nada seguro. Cuando hablamos  de  dinero  los  anteriores  razonamientos  son  percibidos más como una amenaza que como una oportunidad. De hecho la palabra “riesgo” se asocia más con la opción de perder que con la opción de ganar. ¿no llama la atención a nadie?

Muchas personas, la inmensa mayoría, aman lo conocido porque piensan que lo desconocido es una amenaza, está fuera de control o es peor que lo conocido. El cambio siempre está fuera de  la  zona  cómoda  o  sentida  al menos  como  segura.  Pero  la pregunta que deberíamos formularnos todos es: ¿existe la seguridad? En mi opinión, como ya he dicho, lo único seguro es que no hay nada seguro. Y en la economía que viene la seguridad, ahora más que nunca,  la “normalidad” entendida como  lo seguro caerán en la pura fantasía. Tal vez sea un buen momento para prescindir de la inexistente seguridad y reivindicar el valor y el atrevimiento para crear un mundo mejor.

Es  tiempo de grandes cambios. Sobre  todo de mentalidad, y si vamos más allá: de valores. Como coach sé que tratar de cambiar comportamientos sin cambiar las creencias antes es un fracaso. Y que tratar de cambiar creencias sin cambiar los valores también lo es. Vivimos de tiempo de cambios, de hecho siempre lo son, lo que ocurre es que ahora los cambios son más veloces y  también más grandes. Es el cambio exponencial a velocidad exponencial. Cuando hablamos de cambios lentos, se produce la evolución, cuando son muy rápidos tenemos la revolución. No es nada extraño, ocurre con frecuencia a lo largo de la historia de las civilizaciones: a la evolución a través de la revolución.

En la economía periódicamente se producen contracciones y expansiones. El hecho diferencial de nuestros días es que hoy las economías están globalizadas, vinculadas y bien comunicadas. La economía nos dice lo que a estas alturas ya deberíamos tener

Bien sabido: somos uno. En la actualidad, un virus económico atraviesa el mundo en horas y se contagia a las diferentes economías en días. Ya no basta con estar atento a la evolución de la comarca,  la  región o el país, sino que es preciso preveer el siguiente movimiento de un país vecino o de un continente lejano. El mundo se ha encogido varias tallas y todo afecta a todos.  ¿No es democrático?

Creo que la economía está mutando a nuevos modelos tanto de consumo como de generación de ingresos. El dinero se ganará de diferentes  formas  y deberá gastarse  también más  inteligentemente. ¿tenemos  la cultura  financiera para percibir  los cambios?  Yo  creo  que  no. Demasiadas  personas  esperan  el  final de  la  crisis  sin  revisar  sus  valores,  creencias,  conocimientos  y comportamientos, como quien espera en cama que un resfriado se  cure  por  si mismo  para  luego  volver  a  la  vida  de  siempre.  Pero creo que  las cosas ya no serán como antes. Y esto no es ni bueno ni malo, es la evolución, y en concreto: la revolución económica.

Miro las noticias y observo como gobiernos, no todos, y ciudadanos,  la mayoría,  tratan de  solucionar  sus nuevos problemas con viejas soluciones. El resultado es retrasar las soluciones, estando como estamos en un contexto económico más complejo que nunca antes. Me preocupa que agentes sociales y particulares se echen la culpa de la crisis y se contenten con esperar tiempos mejores. En  fin, que no percibo que se hagan  los deberes y cuando llegue el examen habrá un suspenso y mucha decepción. No percibo tiempos mejores para quienes sigan aplicando viejas y pobres  recetas, sean países o personas. ¿Cuesta  tanto darse cuenta?

En  las noticias  leo que en España se dispara el paro y que  los que trabajan, tienen la “suerte” de ser mileuristas (ya son el 60% y  sigue  extendiéndose  como  una  plaga). Menudo  panorama.  ¿De verdad alguien cree que con un par de tiritas y un vendaje, mal puestos, la economía saldrá adelante?  Yo creo que no, así que visto  lo visto vamos a ponernos el cinturón porque vienen curvas y rápidos; y en cierto modo atisbo economías que navegan directo a las cataratas, alegres porque corre la brisa y perciben “brotes verdes” en la orilla, y en su contento reman más fuerte hacia las cataratas que aguardan más adelante. Por ejemplo, en el mundo hay ahora mismo docenas de entidades financieras en pésima situación que tarde o temprano estallarán y para las cuales hay mala cura. ¿Nadie piensa en ello?

Las medidas más efectivas nunca son del agrado de la mayoría, porque  son  incómodas,  exigen  cambios  profundos  de mentalidad  y piden disciplina  sin  límite  y  esfuerzo  en grandes dosis.  Escribí: “el código del dinero” para  sacudir mentalidades aún dormidas en lo que a su economía respecta. En él encontrarán sugerencias útiles. Me permito adelantar algunas:

    1. Revisa  tus creencias sobre el dinero. Escríbelas y  luego cuestiónate, una por una, si son verdad o no.

 

    1. Complementa tu nómina con otras fuentes de ingresos. Desarrolla, en paralelo, otros modos de ganarte la vida y gana así la forma de vida que deseas.

 

    1. Págate primero a ti mismo. Lo que casi todos hacen, a primeros de mes, cuando cobran su salario, es pagar a todo el mundo menos a ellos.

 

    1. No te endeudes con alegría. Y si ya la tienes, reduce tu deuda actual como objetivo prioritario.

 

    1. Fíjate objetivos de ingresos crecientes cada año. Por ejemplo, un 10% más. Si eres empleado esto no es posible pero si dispones de fuentes de ingresos variables, podrás presupuestar la cifra que deseas ingresar cada año.

 

    1. Crea diferentes  fuentes de  ingresos pasivos. No vendas  todo tu tiempo, inviértelo en crear sistemas de ingresos que trabajen después para ti.

 

    1. No entierres tus talentos en un trabajo anodino. Desarróllalos en algo que  te apasione y ponlos al servicio de  los demás y el dinero llegará.

 

    1. Fórmate  financieramente  con  buenas  lecturas.  Biografías, cursos de personas que son un ejemplo de  inteligencia  financiera.

 

    1. No  trates de  resolver  tus problemas de dinero  sólo con dinero. Hazlo  con  creatividad  para  que  no  sean  un  problema nunca más.

 

    1. Contrata  un  coach  financiero.  Un  experto  que  te  pedirá más de lo que tú mismo haces.

 

    1. Piensa en grande. Cuesta lo mismo que pensar en pequeño pero proporciona resultados muy diferentes.

 

    1. Empieza en pequeño. Hoy día se pueden crear  fuentes de ingresos con muy pocos medios, apenas dinero, desde tu casa, algunos contactos... Y arrancar tu negocio personal en tu tiempo libre. Sé un emprendedor.



¿Qué otras cosas podrías hacer? Ponerse  las pilas de verdad, formarse financieramente, leer entre líneas lo que nos cuentan los medios de comunicación y los políticos, y leer sobre el tema en profundidad; ahora mismo hay disponible  suficiente  información en nuestras  librerías como para poder navegar sobre la cresta de la ola del “tsunami financiero” que empezó en el 2007 y que nadie en verdad sabe cuando amainará. Pero mi consejo estrella es: ¡emprender!, crear una fuente de ingresos propios, añadir valor al mundo con una propuesta. ♦

autor: Raimon Samsó, coach, formador y autor de libros como: “El código del dinero”, “Manual de prosperidad” “Cita en La cima”, “El maestro de las cometas” http://www.raimonsamso.com