Hace un año que decidimos realizar una aventura, un retiro abierto en el centro de la ciudad...fueron 15 días en apariencia aunque en realidad ...
la experiencia fue indescriptible y marca un antes y un después en la evolución de la red, allí descubrimos que la mágia de la vida se encuentra donde estamos, no es necesario hacer grandes viajes o retos, está siempre con nosotros, solo tenemos que abrirnos y querer ver...que bueno sentir como se trasforma el entorno próximo...
Fue una llamada, así con el tam tam, una llamada desde lo mas intimo,  una oportunidad para encontrarnos y comprometernos y hacerlo persona a persona...
Este miércoles 18 de agosto, estaré desde la mañana pronto hasta después del Punto de Encuentro en el río meditando y conversando con quien quiera pasar, no llevaré comida, si traes algo lo compartiremos, si no haremos ayuno.
Un año después la Red  ha avanzado de forma increible, somos muchos más y estamos mas organizados, todo esto es posible porque el compromiso esta ahí con toda la  fuerza, seguimos sintiendo el impulso de lo espontaneo, de lo esencial...desde ahí se manifiesta la Red.
Parafraseando a Hamprey siempre nos quedará el Ombú...

Os adjuntamos el texto que escribí cuando terminó aquella experiencia y unas fotos, para que podáis recordar un@s y  conocer otr@s.

... Que bueno crear espacio para que los seres humanos podamos relacionarnos de forma abierta desde el corazón.

Cuando se asume el riesgo y se apuesta por la vida esta se muestra con claridad, estos quince días han sido de los que marcan un antes y un después.

 

Ha sido todo espontáneo nadie tiene obligación de nada y cada uno ha ido descubriendo el valor de las pequeñas cosas, no es posible en un e-mail describir tanta magia, tanto cariño, tantas vivencias, pero os quiero dar unas pinceladas para que podáis compartir algo de todo esto.

 

 

 

Comenzó de forma intuitiva el viernes 31 de julio, sentí la necesidad de hacer algo diferente, de entregarme, haciendo algo abierto y a la vez desde el trabajo interior como compromiso conmigo mismo y con la vida, el 4 de agosto como sabéis estaba llegando al jardín del río en el centro de Valencia con la intención de estar a disposición, algún temor, mucho entusiasmo y con lo imprescindible...

 

 

 

Allí a la sombra de un "árbol", comenzaba esta experiencia,  descubrimos días despues que se trataba de un Ombú, originario de suramerica y calificado como "arbol bueno" es el simbolo de la Pampa, fuente interminable de leyendas, este arbusto con apariencia de árbol, ha inspirado a numerosos artistas, ha dado sombra y descanso a los caminantes y se considera un excelente lugar para los encuentros...

 

 

 

Los primeros días de adaptación, soltar, conectar con la experiencia y con el lugar. Ver como pasa el día y la gente, permaneciendo en el lugar, observar los cambios de luz y las sombras internas y externas, personajes que surgen y se desvanecen, como poder cubrir las necesidades desde la carencia, tomar conciencia de lo poco real de las necesidades creadas.

 

Una de las primeras tardes, al fondo del jardín música Celta, una chica con un galgo blanco y negro haciendo una música que inundaba el jardín de magia y sin darme cuenta me trasportó a un lugar fuera del tiempo, que gozada...

 

 

 

Al día siguiente cuando me disponía a comer un chico moreno, viene se acerca y me da un abrazo, con su poco castellano dice, "no comer 8 días" en ese momento supe que aquello ya justificaba la presencia en el jardín, se sentó y espero a que comenzara a comer con paciencia, después comió lo justo y se durmió sobre la manta que había puesto en el suelo, ni el calor ni las moscas pudieron evitar que durmiera hasta la noche, tuve que hacer un gran esfuerzo para despertado, comió otro poco y durmió varias horas más.

 

 Es increíble como te pone la vida delante aquello que necesitas para aprender, no hay posibilidad de orgullo ante tanto sufrimiento llevado con dignidad...doy gracias por haber podido coincidir con este ser humano.

 

 

 

Un día veo a un conocido, alguien especial que se mueve sin hacer mucho ruido, pero pisando fuerte, lo saludo no sabía que estaba allí  y un tiempo después aparece con una silla un carrito para llevar las cosas, un tambor africano y un atril, jajaja que increíble no había pedido nada pero todo fue importante en el desarrollo del retiro.

 

He aprendido a escuchar los ritmos internos y expresarlos de forma intuitiva con las manos, he podido llamar y despedir con música a la gente, el atril me sirvió para leer con más libertad, dejando ahí suspendido el libro, para meditar sobre lo que Leia poder ir y venir a algún tema de forma recurrente, otra forma de leer...el carrito para transportar las cosas y la silla no hace falta comentar el juego que dio...aunque lo más interesante la espontaneidad de como llegó y la complicidad que traía implícita...

 

 

 


La comida ha ido creciendo a la vez que avanzaban los días, aunque con mesura, tal y como aumentaba la comida también los comensales, que han ido incorporándose cada día, al césped especialmente por la noche, con tertulias incluidas y para despedida un excelente Marmitaco, no encuentro palabras para definir esas caras de la gente que traía comida, esas ganas de compartir, de abrir los corazones, esos compromisos personales de diferentes formas, he recibido regalos, libros, poemas, una camiseta verde, una esterilla para yoga,  han lavado la ropa en fin la lista sería larga, lo más importante es el reconocimiento y el AMOR que he recibido y he podido compartir, que bueno poder vivir la experiencia de  como el ser humano responde cuando se crean las condiciones.

 

 

Hubieron flores, trinos de pájaros variados, moscas que nos facilitaban la atención al momento presente,  parecía como si la naturaleza también quisiera formar parte de aquello que estaba sucediendo allí, nada importante, algo sencillo, pero fluyendo cada momento, mucha complicidad amplia y abierta, la vida desplegándose y manifestándose naturalmente.

 

 

 

No quiero nombrar a nadie concreto sería largo hacerlo con todos, creo que todos respondimos a la llamada de la vida, fuimos vida y por tanto todo formo parte imprescindible de ese espacio sin tiempo que quizá solo ha sido un sueño...un sueño que ya nadie podrá  borrar de los corazones.
Si quieres ver más fotos:     http://picasaweb.google.es/elmaibor99/TardeDeDomingo

 

ferran caudet ...juntos somos más