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Durante la Conferencia de Copenhague (7-18 Diciembre, Dinamarca) investigadores del MIT han presentado la “Rueda de Copenhague” (Copenhague Wheel), que en realidad es una rueda especial montada en una bicicleta que cuenta con frenado regenerativo, GPS, un motor eléctrico e incluso una conexión Bluetooth para mostrar datos en tiempo real en un smartphone.

Cada vez que se utilizan los frenos, el generador recoge la energía que almacena en una batería a bordo. Un sensor en el eje de la rueda puede determinar cuando el camino se vuelve extenuante o cuando vas cuesta arriba, activando el motor eléctrico que aumenta la fuerza del pedaleo.

No solo eso, también por medio de Bluetooth se comunica con el teléfono (iPhone en este caso) montado en la base del manillar. A partir de ahí se alimenta todo tipo de información a través de una aplicación, incluyendo el mapa y la información de tráfico, contaminación ambiental, velocidad, distancia, datos de estado físico, etc.

La aplicación permite a los ciclistas compartir estos datos con amigos a través de las redes sociales, ayudando a mantener un registro de la ciudad, incluso de manera anónima compartir datos urbanos y del medio ambiente, recogidos por los sensores en tiempo real. También permite acumular “millas verdes” mientras viajas, un sistema no muy diferente de un programa de viajero frecuente que le recompensa por el tiempo de registro en su bicicleta en lugar de un coche, autobús o tren.

Todos los sensores, la instrumentación, las baterías y el motor se guardan en la rueda de Copenhague, por lo que es fácil montarlo en cualquier bicicleta.

El MIT no reinventó la rueda, pero esperan sea la base de la próxima generación de bicicletas que podría hacernos la vida más sana y ecológica. Mientras tanto se espera que la “Copenhague Wheel” llegue al mercado un año con un precio dentro de los $500 y $1000 dólares.