¿Somos un ejemplo de queja constante o un ejemplo de lucha constante? ¿Queremos ilusionarnos o queremos resignarnos, algo que supone morir un poco cada día? ¿Podemos ser un trabajador de 7 en lugar de 6? Estas son solo algunas de las preguntas retóricas que lanzó ayer el psicólogo y coach Luis Galindo en la charla que ofreció en un Club INFORMACIÓN repleto hasta la bandera. El objetivo: intentar ofrecer una sobredosis de positivismo e ilusión. Por eso le escuchaban empresarios, trabajadores, parados, emprendedores... representantes de todas los colectivos sociales.
Con un tono desafiante, utilizado con la consciencia de quien sabe cómo alterar al contrario, Galindo habló de superación, de lucha, de estar satisfecho con uno mismo, de disfrutar de las cosas buenas, de ser mejores, "no por los demás, no por la empresa, sino por nosotros mismos". Borró la demagogia de un plumazo y aseguró que "no digo que ilusionarse ahora en España sea fácil, sería una frivolidad; ilusionarse ahora es jodido".